Este diciembre se cumplieron 21 años del estreno mundial de El Señor de los Anillos: la Comunidad del Anillo.
Para disfrutar de este post, lo ideal (aunque no imprescindible) es que hayas visto esta película, que si te gusta el cine es bastante raro que no la hayas visto.
En algún momento se convirtió en una película de culto para mí. Hoy, la habré visto al menos 21 veces. Después vinieron las demás que completaron la saga y que sin duda cumplieron con creces las expectativas.
Hoy quiero hablarte de la primera, una película que bien puede convertirse en una clase de Numerología.
Si eres nueva o nuevo en estos temas (que no creo porque sino no estuvieras aquí) puede que no lo sepas, pero si te has pasado por mi blog habrás notado que una de las maneras que tengo de ilustrar la fascinante relación de los números con la humanidad, es observar los atributos, no solo de personalidades famosas del arte, la ciencia, la política o la música, sino de personajes de ficción de series y de películas.
Y El Señor de los Anillos es un ejemplo cristalino de como la industria del cine usa los clásicos arquetipos que son identificables, claro, con la Numerología.
Digo que es un ejemplo cristalino porque, como recodarás, la Comunidad del Anillo está formada por 9 personajes. Es decir, los nueve arquetipos fundamentales que se expresan con los números del 1 al 9.
Así, cada uno de los personajes expresa claramente uno de los arquetipos, como lo veremos ahora de forma resumida:
El Número 1: Aragorn
Al principio es “El montaraz del norte”, un exiliado que rápidamente se revela como un héroe brillante, heredero al trono de Gondor y líder indiscutible. Es El Neo, el John Snow, el elegido.
El Número 2: Boromir
Es un guerrero de Gondor que se nos revela como una persona dependiente, emocional y sensible. Rápidamente, reconoce su condición de seguidor frente a Aragorn.
El Número 3: Pippin
El hobbit más inquieto, espontáneo y curioso del grupo. Desde el principio se muestra como un personaje astuto, juguetón y versátil. Tiene una curiosidad sin límites, lo cual lo mete en problemas en más de una ocasión.
El Número 4: Sam
Sam es el Hobbit al que más le costó abandonar su casa. Ama la vida en la Comarca, su tierra, su casa, el lugar donde cada día trabaja en sus jardines, donde espera echar raíces y construir una familia. Su organización (y su terquedad), salvan a Frodo en más de una ocasión.
El Número 5: Merry
Primo de Pippin tanto como el 5 es primo del 3. Si Pippin es el curioso, Merry es movido por un deseo de experimentar y vivir nuevas aventuras. Es amante de la libertad, rebelde y dispuesto a esgrimir la espada por la tierra media.
El Número 6: Legolas
Es el guerrero elfo. Una combinación de pasión guerrera con simetría y armonía física. Maneja el arco y la flecha con un virtuosismo que me hace imaginar qué pasaría si le quitas arco y flechas y le das una guitarra eléctrica.
El Número 7: Frodo
No solo es el que refleja el “viaje del héroe” en la película, sino que es el que lleva la carga más pesada, el dadivoso, el generoso, el que se convierte en el héroe legendario con un corazón capaz de soportar y alberga todo, y más.
El Número 8: Gandalf
Tal como lo veo, el arquetipo más fácil de identificar. Es el mago sabio y poderoso, con discernimiento, capacidad de manejo de energía para impactar la materia. Con audaces ambiciones y una indiscutible autoridad.
El Número 9: Gimli
Personificación del 9 en toda regla. Tanto él en particular, un personaje combativo, hiperactivo y enérgico, como la raza de los enanos en general: mineros que trabajan en lo profundo de las montañas, expresa claramente el arquetipo del 9.
¿Qué te parece?
¿Con cuál te identificas?
Estos personajes son lo que se puede llamar “tipos ideales”, arquetipos más o menos limpios que expresan de forma homogénea ciertos atributos.
Y si bien los podemos encontrar en “la vida real”, por lo general nosotros somos una combinación de energías.
Hay de todo, en realidad. Te das cuenta de esto al iniciarte en la Numerología.
Puede que tú seas una combinación de Frodo con Aragorn.
O tú, que eres combativo y al mismo tiempo sensible y emocional, seas una mezcla de Boromir con Gimli.
Bueno.
Y recuerda: ser portador de un poder especial, sea o no un anillo, es estar solo. Al menos mientras te conoces bien a ti misma/o y avanzas en tu viaje del héroe.
Felices fiestas.
Amaury.
Imagen del post: Pixabay