Me refiero a decir o escribir sobre la sabiduría del Eneagrama.
En estos últimos tiempos, quizás por la necesidad individual y colectiva, se ha abierto tanto el acceso a este conocimiento, se ha divulgado tanto, hay tanto material, artículos, cursos, congresos. Que cuando me disponía a escribir sobre Eneagrama, me interrogué: ¿qué más puedo aportar? ¿Qué de nuevo o útil para el autoconocimiento y desarrollo personal?
Lo maravilloso del Eneagrama, es que siempre ofrece un algo más.
Un nuevo punto desde donde mirarte, una capa de cebolla más por levantar. Desde hace treinta años vengo trabajando en mí a través del Eneagrama de las personalidades y sigo aprendiendo, encontrando y sorprendiéndome al iluminar recónditos espacios de mi ser a los que aún no había llegado.
El Eneagrama proviene de muy antiguo. Se dice que los Padres del Desierto hace más de 2000 años, ya conocían el símbolo y lo utilizaban para tomar decisiones.
Tal como lo he aprendido con Claudio Naranjo, se ha aplicado a la psicología y describe 9 tipos de personalidad con sus correspondientes 3 subtipos cada una. El desarrollo que él produjo, profundiza en la psicología de los eneatipos y no existe otro estudio más completo acerca del carácter, los tipos de personalidad y su importancia en la percepción y las relaciones humanas.
Suelo decir que es radiográfico, porque al leer las descripciones de cada tipo de carácter o ego, es tal cual como sentirnos vist@s por fuera y por dentro hasta el tuétano. Luego con esa información nos toca trabajar, cotidianamente, con paciencia y perseverancia. Si queremos llegar a nuestra ESENCIA.
¿El eneatipo se puede cambiar?
Esta es una pregunta recurrente. Nunca falta quien la formule en las charlas, cursos o talleres que realizo. Nunca.
Y es que cuando empezamos el proceso de autoconocimiento identificando la máscara, el personaje que nos hemos construido y creído ser (el eneatipo), cuando vemos las sombras y las limitaciones que esa personalidad conlleva, la tentación de no ser “ese”, es muy grande.
Y enseguida queremos despedir a ese personaje, sacarnos ese traje. ¡Y no es para menos! Solo los nombres originales de cada tipo de personalidad, al leerlos ya nos causan escozor, pues aluden a los pecados capitales: orgullo, vanidad, ira, avaricia, lujuria, envidia, gula, más pereza y miedo. Y, ¿quién querría verse o ser visto como pecador, pecadora? Lógicamente nadie.
Hasta que…
Hasta que nos adentramos en este camino, comprendemos la lógica del eneagrama y vemos que detrás de cada palabrita, hay un tesoro inconmensurable. Los llamados pecados, son los obstáculos a sortear para fortalecer mi alma, las lecciones a aprender para descubrir mi esencia.
El proceso de identificar el personaje que actuamos, nos lleva a descubrir el SER que realmente somos.
Si me recuerdo en mis inicios, cuando alguien me planteaba esa pregunta, me provocaba cierta tensión, tener que desilusionarle, con la respuesta:
“Desde la teoría del eneagrama, no se cambia, pero sí vamos integrando aspectos de otros eneatipos y además, flexibilizando las respuestas automáticas”.
Era una respuesta correcta y la sigo sosteniendo. Pero en ese entonces estaba más conectada con mi racionalidad típica de mi personaje eneatípico y el cuidado por la impecabilidad conceptual, que mi personalidad no me deja traicionar.
Hoy estoy más conectada desde otro lugar. Valoro y honro cada una de las personalidades, con sus fortalezas y sus debilidades, sus limitaciones y sus potencialidades. Cada una es un diseño exquisito que protege una ESENCIA. Una esencia con una cualidad específica Y cada una es una parte del TODO, un punto en esa línea curva de infinitos puntos que es el círculo, que sin él el círculo no se completa. Y todos somos parte y todos somos UNO.
Y te encuentras con tu Esencia
Entonces empecé a experimentar, a sentir y a entender, que el EGO (hay nueve tipos de ego según el eneagrama) o la máscara, es el envase perfecto para contener a la esencia: serenidad, humildad, autenticidad, ecuanimidad, despaego, coraje, sobriedad, inocencia, asertividad.
El personaje, sabe el guion adecuado para desarrollar las cualidades de la esencia, el alma arma las tramas que necesita para recordar quién es, a qué vino a vivir la experiencia humana. Nuestro eneatipo, nuestra personalidad, carácter, ego, es entonces, el mejor aliado de nuestra ALMA. No se trata de quitárnoslo de encima sino de integrarlo, con todas su habildiades adpatativas, de forma saludable.
Cuando tuve esta comprensión, la respuesta que me surge ahora a la pregunta que nunca falla, es: “¡Por suerte no!”. “¿Significa que me tengo que quedar para siempre con éste?”, es la reacción siguiente, decepcionada u horrorizada. Significa que es el vehículo en el que viaja tu alma, es el tejido en que las hebras luminosas se entrelazan, es el equipo de herramientas que te permitieron resguardar tu integridad cuando no recordabas quién eras y permiten practicar las cualidades de tu esencia cuando la vida te propone las lecciones siempre apropiadas. Pero se puede desarrollar, cultivar, flexibilizar, de modo que no opere como boicoteador de neustro desarrollo personal.
Y la propia geometría del eneagrama, nos indica caminos posibles de evolución.
El proceso es como en tres fases:
a) identificación: en la cual reconozco mi personaje, mis mecanismos de defensa, mi herida infantil, mis creencias, mi estructura afectivo-cognitiva-conductual, mis modos de comunicación, limitaciones, potencialidades. En fin, logro identificar cómo funciono y por ende cuál es mi eneatipo;
b) desidentificación: cuando reconozco que ese eneatipo lo conozco bien, lo naturalicé como si fuera mi yo, pero no soy yo. Es mi personaje, el traje con el que mejor funciono. Y lo puedo ver como tal, como un traje, un guión aprendido con el que logré una adpatación necesaria e incluso muchas cosas buenas, pero que también puedo dejar de darle protagonismo cuando no es pertinente. Me doy cuenta que yo soy más que el personaje;
c) integración: cuando conocí mi eneatipo y me amigo con él, con todos sus aspectos. Y puedo SER YO, sabiendo que tengo una personalidad que, en circunstancias vitales, sociales, me ayuda y está al servicio de mi SER ESENCIAL.
Y por mucho o poco que sea, lo que se haya dicho o escrito
Eso no es lo fundamental. Lo más importante es el proceso de autodescubrimiento que tu hagas. Por cierto, no es fundamental encontrar tu número en el eneagrama, sino más que nada, encontrarte a ti, a través de tu viaje a través del eneagrama. Entender tu personalidad y trascenderla para llegar a tu esencia. El eneagrama es un mapa - valiosísimo - pero no es el territorio.
Algunas pistas
Te presento aquí algunos rasgos característicos de cada tipo de personalidad que llamamos ENEATIPO. Quizás te veas en alguno.
Eneatipo 1 Iracundo
Rígido, severo, exigente.
Se ata a las normas y decálogos.
Le cuesta la serenidad y la comprensión.
Le resulta fácil organizarse y poner orden.
Eneatipo 2 Orgulloso
Informal, histriónico, servicial.
Se apega a personas de prestigio y espera la gratitud.
Le cuesta reconocer sus necesidades y pedir lo que le hace falta.
Le resulta fácil ayudar a otros.
Eneatipo 3 Vanidoso
Es ambicioso, trabajador y efectivo.
Se dedica a cultivar su imagen para tener reconocimiento.
Le cuesta contactar con su interioridad
Le resulta fácil innovar, hacer lucir lo que sea.
Eneatipo 4 Envidioso
Es sensible, creativo, quejoso.
Se esfuerza por ser original.
Le cuesta disfrutar y no dramatizar.
Le resulta fácil expresar sentimientos.
Eneatipo 5 Avaro
Es austero, reflexivo, observador.
Se fascina con su mundo intelectual.
Le cuesta compartir su intimidad y expresar sus emociones.
Le resulta fácil analizar y ahorrar.
Eneatipo 6 Cobarde
Es dubitativo, crítico, leal.
Se esmera por encontrar razones y buscar el sentido.
Le cuesta confiar y ser espontáneo.
Le resulta fácil cumplir compromisos y responsabilidades.
Eneatipo 7 Goloso
Es divertido, verborrágico, curioso.
Se orienta al placer como evitación del dolor.
Le cuesta comprometerse a largo plazo.
Le resulta fácil lanzarse a lo nuevo y encontrar oportunidades.
Eneatipo 8 Lujurioso
Es enérgico, incansable, frontal.
Se mueve por la pasión.
Le cuesta ser empático y sentirse vulnerable.
Le resulta fácil imponer sus reglas y proteger a los suyos.
Eneatipo 9 Perezoso
Es tranquilo, indolente, pacificador.
Se interesa por evitar conflictos y crear armonía.
Le cuesta posicionarse, pensar en sí mismo y decir no.
Le resulta fácil colaborar con otros y mediar en disputas.
Estos son apenas unas pocas pinceladas sobre las manifestaciones más notorias de los diferentes tipos de personalidad. Pero el eneagrama, no solo describe lo aparente, sino la compleja estructura de la personalidad, con sus aspectos emocionales, cognitivos y conductuales.
Nos permite conocer las motivaciones profundas, las heridas infantiles que hay detrás de cada uno de los eneatipos. Así como también nos orienta en el camino evolutivo para trascender la apariencia y llegar a la esencia, para trascender el ego y recordar el SER. Un camino de continuo aprendizaje.
Si nos enseñaran a saber ¿quién soy?
Ni en la escuela, ni en la secundaria, ni en la universidad, tuve una asignatura que se llamase autoconocimiento, o trabajo sobre ti mism@, o algo parecido que me ayudara a responderme ¿quién soy yo, realmente? Algunas instancias puntuales, como un campamento, una catequesis o una clase de arte o de filosofía, las recuerdo como hitos. Excepcionales pero marcantes, porque me abrieron una puerta interna a ese mundo tan mío y tan desconocido. Dejándome el sabor de algo que merece repetirse.
Cuando empecé mi trabajo personal con el eneagrama, yo ejercía la que fue mi primera profesión, maestra de educación primaria. El proceso y el cambio personal, se fue reflejando sin que me lo propusiera, en mi mirada hacia mis alumn@s, mis colegas, la autoridad, los programas y contenidos, las familias, mi rol como educadora, etc. Diría que fue para mejor, no necesariamente más fácil.
Pero sin duda me sentía trabajando desde un lugar mas verdadero, con una perspectiva más profunda y preñada de posibilidades. Esto empezó a despertar en mí el profundo deseo de compartir mis aprendizajes, impregnar el sistema educativo de esta perspectiva, integrar esta herramienta de humanización. ¿Cómo? ¿Por dónde? ¿Con qué recursos? ¿De qué manera? Se arremolinaban preguntas, temores y esperanzas. Y de ese remolino, la idea clara que emergía una y otra vez: l@s docentes son la clave. L@s docentes son clave en cualquier transformación educativa.
Así que lo primero fue diseñar talleres, cursos. Y encontrarnos con algunas resistencias. Pero el material estaba ahí. Así que se convirtió en un libro:
9 formas de enseñar y aprender para la realización del SER
Es así; nuestro carácter nos constituye de tal forma, que atañe a todas las dimensiones de nuestra vida. Imprime un sello particular a nuestra forma de ser, hacer y pensar. Y esto se traduce en nuestra singular forma de ejercer los diferentes roles, de comunicarnos, vincularnos, crear, procesar información, recibir gratificación, etc. Desde el enfoque del eneagrama, concretamente 9 formas diferentes.
Si quieres tener un anticipo, así lo conté en la Cumbre Virtual Sé tú maestro.
Si l@s docentes toman en cuenta esta visión ¿cuánto se enriquecería y potenciaría su tarea?, ¿cuánto más inclusiva sería su propuesta pedagógica?, ¿cuánta menos frustración y más satisfacción en su trabajo?, ¿cuánto más se alienaría su rol profesional con su misión de vida?
Dice el proverbio: “Nadie puede dar lo que no tiene”. Por eso el autoconocimiento de l@s docentes es primordial. Es el camino a su autorrealización. Y un docente realizado, vibrando en su esencia, es pura inspiración para sus alumn@s. Inspiración contagiosa para buscarse a sí mism@s.
Y si llegaste hasta aquí
Si estás en Vía Ayni y llegaste hasta aquí, es porque ya te estás buscando. Mi deseo es haberte inspirado para incursionar más en este conocimiento milenario, sumergirte en su profundidad y dejarte transformar por la sabiduría del Eneagrama. Por eso, si estas palabras te suscitaron curiosidad, te resonaron en algún lugar de ti, despertaron tu interés, te invito a buscar compañeros/as de viaje al encuentro de la ESENCIA. Por mi parte por supuesto estoy a disposición.