Muchas veces cuando estoy dando cursos de Primer Nivel de Registros Akáshicos, siento que es como acompañar a las personas en un renacer. En un nacimiento a una nueva vida, a la quinta dimensión.

Una sensación especial, esta última vez, me conectó no sé cómo, con Sócrates. Tengo grabada la voz de mi profesora de filosofía cuando nos contó que él era hijo de una partera (gran tarea hoy, antes y siempre) y que por eso –nos explicó– él se consideraba “partero de almas”. Y lo hacía a través de preguntas.

La mayéutica es como se conoce a su método:
sacaba de dentro, lo que cada cual ya tenía.

¡Y eso es lo que hacemos cuando consultamos nuestros Registros Akashicos! Partimos de preguntas a nuestra alma.

Sentí la motivación de investigar más sobre Sócrates y seguir esa intuición que se suscitó en mí. Todo lo que encontré y sin profundizar demasiado, me resultó de una consonancia total con lo que significa consultar los Registros Akashicos.

Me encuentro con algo que le dijo Sócrates a su discípulo Jenofonte:

“Toda vida es una fábula, es una narración hilada a través de vivencias, experiencias que nosotros mismos decidimos interpretar de una manera u otra, o aquellos que nos conocen interpretan a su propia manera”.

Cuando consultamos a nuestros Registros partimos de la creencia de que todo en nuestra vida, cada evento, tiene un sentido, que vivimos lo que nuestra alma necesita para evolucionar y que todo fue elegido ser vivido desde antes de encarnar.

O sea que sí, nos creamos un personaje, para desarrollar un guión y así desplegar ciertas cualidades que son las que el alma necesita manifestar o evolucionar en esta vida.

En contacto con nuestra alma, a través de los Registros, nos encontramos con la VERDAD y dejamos de creernos la “fábula”. Tampoco la enjuiciamos, porque la miramos desde la amplitud de conciencia y desde el amor incondicional.

Otra conocida afirmación de Sócrates reza así:

“Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no es útil ¿Para qué querría saberlo?”.

La verdad, la bondad y la utilidad como criterios orientadores. Esto también me resulta congruente con la Lectura de Registros.

Toda lectura es para evolucionar y resolver asuntos de nuestra vida presente (incluso si surge información sobre vidas pasadas, es porque es útil para comprender y sanar algo en el presente); siempre es desde la verdad y la luz, por eso se siente paz y liberación; y por último, siempre es para el mayor bien de todos los involucrados.

Y el alma, no derrocha energía; te dice lo que tú realmente necesitas saber en el presente y lo que estás dispuesto a escuchar; respetando siempre tu libre albedrío.

¿Y sabes qué? Sócrates no escribía. Eso recordé también de mi profesora de filosofía. Nos dejó claro que lo que sabemos de Sócrates es porque lo escribieron sus discípulos, como por ejemplo Platón. No escribía porque consideraba que cada quien podía y por ende tenía que encontrar su propia verdad en su interior. Como decimos desde los Registros Akashicos: cada un@ es su propio maestro.

No soy filósofa, aunque debo admitir, siempre me gustó la filosofía (eso también tiene que ver con mi eneatipo -mi carácter según el eneagrama- pero es otro capítulo). Hoy podría dejarme llevar por esta intuición que me acercó nuevamente a Sócrates y seguir investigando. Pero tengo la sensación de ir confirmando lo que sostengo desde que empecé experimentar el contacto con el alma desde los Registros Akashicos: “es como volver a nuestro lenguaje original”. Y aún así, como dijo el padre de la filosofía: "Solo sé que no sé nada".

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