Soy Irene, fundadora de Via Ayni.

Nací en Madrid, en el 81. Crecí en Barcelona, maduré en Berlín y me siento florecer en Mallorca. Soy un Sol en Sagitario, con ASC y Luna en Virgo.

Me encantaría que en unos años –pocos–, presentarse así sea lo más normal del mundo: localidad y año de nacimiento, Sol, Luna y ascendente.

Junto con la vibración y el significado del nombre, eso te da información relevante de la persona con la que estás hablando. Te ayuda a comprenderla mejor, a sintonizarte con ella. Y cuando uno comprende, también es más fácil aceptar y empatizar. Muy necesario para generar vínculos sanos.

No digo que sea imprescindible conocer esos detalles para relacionarse desde un buen lugar, pero es más útil que saber si trabaja o estudia.

Pero hablando de trabajo y estudio… soy creadora de aplicaciones digitales y estudiante incansable de la vida, sobre todo de la sutil, aquella que es tan simple y obvia que no se ve a simple vista. Porque aprendemos a complicarnos demasiado.

Siempre me ha atraído la inmensidad y el misterio del Universo, el Tarot, la Magia, las Sincronicidades, la Numerología, lo que está, pero no se ve, a no ser que mires bien.

Y en parte, es por ello que nace Via Ayni, para aprender a mirar bien.

Breve historia sobre mí

De adolescente, las lecturas que más me atraían eran las que me llevaban bien profundo, allí donde podía percibir a mi alma y comprender un poquito más acerca de mí misma. Uno suele encontrar esos libros en la sección de “autoayuda”… ahora me río, pero en serio… ¿Es raro, no?!

Imagina a una persona crítica, que se cuestiona este mundo y que quiere nutrir su alma, ojeando libros de Louise L. Hay, Paulo Coelho, Claudio Naranjo o Eckhart Tolle, bajo un cartel donde puedes leer “AUTOAYUDA”. ¿No te parece divertido y algo irónico?

Puede que solamente sea una sensación propia e infundada, pero ser la que está bajo ese cartel de autoayuda, y a la que miran raro al hablar de energía, metafísica o de la capacidad de autosanación del ser humano, me ha hecho sentir siempre como un perro verde.

Pero eso está cambiando.

Por suerte, hay una tendencia creciente a cuestionarse el sentido de la vida y la propia escala de valores. Y con el tiempo he ido descubriendo que hay más personas que comparten la misma visión que yo. Existe otra manera de vivir.

El Ayni como acto y principio de reciprocidad, conecta con la visión que tengo de un mundo mejor, más armónico y equilibrado. Donde sabemos el lugar que ocupamos, reconocemos la grandeza del intercambio significativo y nos abandonamos con confianza a entregar lo mejor de nosotros, soltando creencias, limitaciones y miedos; sabiendo con certeza que es desde ahí que llega la abundancia.

Akasha, arquetipos… y cuerpo

Soy lectora de Registros Akáshicos, estudiante de Astrología y Tarot. Apasionada del Yoga y practicante de Magnified Healing.

Ahora me doy cuenta de que las disciplinas por las que me he interesado se complementan de algún modo entre ellas, ya que trabajan sobre la mente, el alma y el cuerpo.

Creo que esto es importante: no dejar de lado ningún aspecto de nuestro Ser.

Los Registros Akáshicos te hablan con el lenguaje del alma. Sientes, percibes, ves y escuchas como lo hace tu alma: desde un lugar sin juicio y con un amor tan puro que a veces cuesta sostener.

La Astrología y el Tarot te explican mucho acerca de tu personalidad y psicología. Te ayudan a entender patrones y te dan claves para trascenderlos. Son lenguajes simbólicos que amplían tu capacidad cognitiva y de síntesis. Son herramientas increíbles para reconocer tu luz y tu sombra.

El Yoga incide también en la mente y la emoción, pero pone énfasis en el cuerpo y la respiración. Practicarlo con regularidad te aporta equilibrio, flexibilidad y fuerza, tanto a nivel físico, como mental y emocional.

Estas herramientas, y otras muchas más, me han ayudado a reconocerme, a conectar con algo de mí que tenía olvidado y a sorprenderme de la magia y sincronía continua de la vida. He recuperado un equilibrio que no sabía que tenía y me enseñan a mantenerme coherente conmigo y mi entorno.

Esto son solo un par de ejemplos de disciplinas transformadoras y al alcance de todo el mundo. Existen muchas técnicas, maestrías, conocimientos y herramientas para reconocer y potenciar lo mejor de uno mismo. Estas –y algunas más­– son las que resonaron conmigo, pero cada uno debe encontrar las suyas.

Mi propósito es que Via Ayni pueda acercarlas todas, y que se convierta en un espacio para ser, crecer y aprender.

La idea de este proyecto nace del anhelo propio de formar parte de una comunidad donde pueda aprender todo lo que no me enseñaron ni en la escuela ni en la universidad:

A ser yo.

La vida misma se encarga de ello, pero mejor transitarlo con consciencia, ¿no?

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