Suena a ciencia ficción, pero existen. No se trata de nada esotérico ni tampoco mágico. ¿Qué es exactamente? Hablamos de estados vibratorios específicos…

Cualquier persona que haya vivido suficiente sabe que a veces atravesamos periodos vitales en los que las cosas funcionan perfectamente en algún sentido. Pueden ser periodos de prosperidad material, periodos donde el organismo funciona perfectamente, periodos de abundancia en las relaciones personales… Estos periodos pueden durar semanas, meses o incluso años.

Las etapas vitales pueden ser buenas o justamente lo contrario. También hay épocas en las que TODO parece ir cuesta abajo. En las que las cosas no vienen bien en ningún sentido. En otras ocasiones, nos encontramos con una mezcla. Unos asuntos pueden marchar perfectamente y otros, ser desastrosos.

Así que tenemos:

  • Periodos en los que ALGUNAS cosas van bien o muy bien y otras se encuentran en estado NEUTRO.
  • Periodos en los que MUCHAS cosas van bien y ALGUNAS muy mal.
  • Periodos en los que TODO parece ir bien.
  • Periodos en los que ALGUNAS cosas van mal o muy mal y otras están en estado NEUTRO.
  • Periodos en los que TODO parece ir mal.
  • Periodos en los que MUCHAS cosas van mal y ALGUNAS bien.
Lo peor es que la mayoría de las personas no comprende lo que hay detrás de estos periodos.

A lo largo de toda nuestra vida nos encontramos en comunicación e interacción con nuestro entorno, tanto a nivel humano como en lo que se refiere a otros seres vivos. También en relación con sistemas con los que compartimos una esencia física y vibratoria (todos estamos hechos de átomos y partículas, en última esencia).

Con estos entornos intercambiamos permanentemente “información” (sensaciones, sentimientos, estados, percepciones), aunque no seamos conscientes de ella. Es una información vibratoria.

Si estamos en contacto con flujos energéticos que nos equilibran, nos sentimos bien y podemos regenerarnos naturalmente.

Si estos flujos nos hacen sintonizar con la prosperidad (por ejemplo), observaremos cómo progresamos en este sentido. Lo mismo ocurre con respecto a relaciones personales o incluso de capacidades individuales. Es un principio de resonancia, de acuerdo con las investigaciones del biólogo e investigador Rupert Sheldrake.

Resumiendo, si entramos en resonancia con aspectos negativos, nuestra realidad tenderá a reflejar ese sesgo negativo, en el ámbito que sea. Por el contrario, si entramos en resonancia con aspectos positivos, tenderemos a observar mejoras en el sentido que estemos trabajando.

Resonar y sintonizar positivamente puede ser más sencillo de lo que piensa. Puede contactarme aquí para descubrirlo.

Comparte esta publicación