Aquí continúo compartiendo las reflexiones de nuestro encuentro acerca de la adolescencia.

Una riqueza, un intercambio tan genuino y unas miradas sobre nuestros hijxs, que siguen reverberando en nuestro pensamiento y nuestros corazones.

Como dato, te cuento que el grupo que se conformó esta vez era mayoritariamente de madres de varones, por lo cual hay contenidos que no emergieron o casi no se hablaron. No porque no sean importantes hablando de esta esta etapa, sino porque al partir de las experiencias personales, simplemente no aparecieron en esta oportunidad.

Continuamos con la dinámica de coger una frase con un ítem, a partir de la cual cada una iba exponiendo su experiencia, su punto de vista, sus cuestionamientos, sabiendo que todas seríamos escuchadas sin juicios.

Cuando van logrando autonomía…

A mí me pasa que sigo apurada, como que tengo que llegar a casa a las siete. Y el otro día me llamó: “Mamá, a qué hora venís. Y yo, culposa:  ¡Ay miamor hoy llegó tarde porque tengo clases!. Y después me di cuenta que él me preguntaba ¡porque no quería que llegara temprano! Y yo aún con el chip anterior.

Yo me siento con ‘cola de paja’ porque me voy algún fin de semana y ellos ¡festejan!

Tengo una hija muy autónoma, amorosa, pero vamos al choque. Hay fardos de rebeldía. Como yo cambié, los choques son mucho menores. Porque yo elijo qué batallas voy a dar. Porque si lo tomás como que este es un maleducado, vas mal. No es. No va a ser así toda su vida.

Entonces si de repente tiene un arrebato y te grita y le gritas encima, ahí no se termina la discusión. A veces me sale y otras veces no. Por momentos me da ganas de dejarle la cabeza giratoria. Pero bueno, me contengo, o la miro seria y le digo: ‘En este momento no vamos a hablar’ y espero al otro día. Ahí ya ella habla desde otro lugar. Es un desafío diario, que desgasta.

A mí a veces me viene como orgullo y pienso cómo pude soltar, y después me doy cuenta que nada que ver, a mí me borró él. Y los varones tiene eso con la mamá como que te dicen apártate. ¡Y está bien!.

Además te provocan. Saben dónde darte para hacerte saltar.

A mí me dijo alguien una vez:  tú eres el punching  ball. Necesitan descargar con quien es incondicional.  Tu hijx sabe que le vas a querer igual de todas formas. En otro lugar no pueden descargar, porque  le van a juzgar. Bueno, descarga conmigo y después lo hablamos. Esa imagen de la bolsa de goma que le pegás y vuelve, me sirvió. Después hablarlo.

La adolescencia de nuestros hijos nos agarra en una etapa vital de replanteamientos. Una edad que bueno… a ver qué pasa conmigo, la menopausia.

Tengo amigas que tienen mucha nostalgia de la infancia.

Como cuando los íbamos a buscar a la salida del colegio. Yo corría desesperada: ¡Miamor estoy acá, ya te vi!

Mi sensación es de disfrutar cada etapa.

Yo lo sentí cuando se cerró tanto y entonces añoraba esa etapa. Me ponía fotos de cuando era chico, él conmigo. Para recordar cómo era y confiar en que el vínculo estaba en la base y había buena madera y confiar en que afloraría en algún momento. Pero mi sensación es de haber disfrutado cada etapa y esta también. Ahora que lo veo bien, cuando lo escucho hablar, expresar sus opiniones, sus reflexiones. Sobre todo cuando está con otras personas, porque conmigo no se explaya tanto. Pero me maravilla ver cómo tiene sus criterios, sus observaciones, mucha información, que me da mil vueltas. Ver la persona que es me conmueve.

Añoranza de cuando era chico sí, pero la disposición física que tenía, para nada. No volvería. Físicamente estoy más liberada. Capaz más preocupada por otras cosas, pasa por otro lado.

Claro, yo tengo una de 9 y el más grande de 17. Y son bailes totalmente diferentes. Y una cosa que también es desafiante para mí es: al chiquito ya tenías una manera de acariñarlo, abrazarlo, demostrar el afecto Y con el grande, me está costando encontrar cómo es la manera, cuál es el modo. Cómo reconstruir ahí otra manera. No apretujarlo, pero un abrazo es un abrazo. Como esa nueva manera de los mimos. En lo físico es distinto. De niños hasta duermen contigo a lo mejor. Y ahora no les gusta ni un beso.

Es un placer cuando viene a darte un abrazo!

Mi madre siempre me decía: no te preocupes que vuelven. Porque claro en un momento ¡es una sensación de que me robaron a mi hijo, no lo reconozco!

Están en otra pero manejan tanta información, ¿no? El otro día me manda un videíto sobre las hormonas, el ejercicio, la ancianidad, cómo prever una buena ancianidad. Viste que es importante mamá para vos, me dijo. ¡Y yo no me siento ni ahí!

Tienen mucha necesidad  de querer tener independencia y tomar distancia con nosotras sus madres.

Me pasó algo bien gráfico, que cuando tenía 14 o 15 año, en la mesa yo estaba empeñada en que tomara la sopa. Y me miró fijo y me dijo:  ‘Si yo no quiero tomar la sopa, no la voy a tomar’. Y ahí me di cuenta. Es verdad. Ya no puedo enchufarle la sopa, es un ser independiente.

A mí me llegó a decir: la que tiene frío eres tú, no yo. ¡Y tenía razón!

Sí, cuando sale a la cancha y le pregunto: ¿Llevas abrigo?, me mira con cara como diciéndome:  ‘eres boba’ .

Tenemos esa tendencia de decir: cuando yo era adolescente…y ¡puede que hayan pasado 40 años!

Cuando tu hija tuvo la menarquia

¿Qué es la menarquia?

Es la primera menstruación

¡Ay, los llantos!

Yo, no solo tuve a mi hija para contener, para felicitarla, acompañarla. Lo que recuerdo es que tuve que consolar más a su padre. Uf, ¡cómo lloraba! Porque su niña se hacía mujer. Y ella le decía: ¡Pero papá, si la que voy a menstruar soy yo!

Cuando tu hijx empieza con el despertar sexual

Yo creo que los adolescentes de hoy van a tener experiencias con personas de su mismo sexo, no porque vayan a ser homosexuales, sino por experimentar. Un porcentaje grande de esta generación. Mi hija dice: ‘no solo en las mujeres, lo que pasa es que en los varones no se dice tanto’.

Es que la construcción de la masculinidad es diferente.

Los varones gay en el colegio de mi hija, no están integrados en los varones.

Ellos aceptan la diversidad sexual con una naturalidad que nosotras no teníamos.

Cuando sabes o sospechas que tu hijx consume drogas…

Si hay un alto consumo, es imposible no darse cuenta que está consumiendo, por el olor, los ojos.

A veces sacan el tema, como algo natural, para ver qué dice una. Aunque nos critiquen o nos tachen de anticuadas, necesitan saber nuestra opinión. Después me ha pasado de oírlos hablando con otras personas y repitiendo lo que yo les trasmití. Parece que no, pero reciben lo que les decimos.

Me parece maravilloso que el tema entre en casa y se hable en casa, porque es la forma en que puedan tener argumentos. Si no se habla, ¿dónde cuestionan, problematizan?… Es la forma en que ellos se empoderen.

Trato de pensarlo con mi hijo.  No consume demasiado. Consume algo de alcohol. Cuando llega de madrugada trato de mirar a ver cómo llega. A veces ha fumado un porro con su hermana mayor. Me preguntó si yo había fumado y le dije que sí, alguna vez. Lo que tengo claro ahora es que hay personalidades que son propensas a la adicción y otras no. Y eso hay que tomarlo en cuenta.

El alcohol no se consideraba droga, pero es un problema grande hoy entre lxs adolescentes y parece que va in crescendo.

Y de los videojuegos no hablamos como droga, pero yo veo una adicción ahí. Una dependencia importante.

Tenemos información sobre las consecuencias del consumo. Hay diversos puntos de vista. Y una cosa es no negar la información, y otra lo que podemos hacer con nuestro hijx, cómo negociar, donde poner le límite, etc.. No es fácil. Lo cierto es que ninguna droga es inocua.

Tolerancia cero es bravo en la adolescencia porque te compras un problema.

Mi hija toma. En todas las salidas que ha tenido, la mayoría de las veces la he ido a buscar yo. Y las otras la he recibido en casa. Si viene un día dada vuelta, puede ser que pase, dos veces, bueno. A la tercera encaramos porque ahí tengo que actuar yo. Ese es el límite para mí. No puedo evitar que tome. Es un porcentaje altísimo de adolescentes el que toma alcohol, muy alto. Un día la fui a buscar y estaba alegre de más. Al otro día hablamos y le dije: ‘¿Te das cuenta que si ese cumpleaños duraba media hora más no ibas a salir bien?’ Me dijo: ‘Sí, es verdad, porque había canilla libre’. Era el cumpleaños de una chica de 18 años. Pero la mía todavía no tiene la mayoría de edad.

Hay algunos que toman un poquito y se dan vuelta y otros no.

Hay que ver qué nos mueve a nosotras porque en cada una hay una historia. Por consumo propio, o represión propia, o de miedos propios, o de padre o madre. Todas tenemos vínculo con situaciones diversas y ellos nos ponen preguntas sobre la mesa. Y el entorno. Son riesgos que tienes. Y hay un tema de cómo manejarlo, sabiendo que te remueve cosas. En mi caso me genera mucho miedo y eso me juega en contra. Que caiga en la calle, que se pegue la cabeza, sufra violencia.  Y si respondo desde el miedo, mala cosa. Fundamental es darles información.

En las fiestas electrónicas ya se sabe que corre la droga. Es imposible tolerar esa música si no se consume algo. Seamos conscientes.

Valorar si un NO en este momento es ponerme a mi hijx en la vereda de enfrente y negociar, a pesar de reconocer que cualquier droga puede ser perjudicial, que lo es. Como adulta, no negar la información, pero ver qué me es posible hacer, a lo mejor no es el ideal que tengo. La adicción a los videojuegos por ejemplo, me preocupa muchísimo, pero me siento superada por la realidad.  Antes ponía tiempos, horarios. En la pandemia tuve que bajar los brazos.

Ellos tienen que saber que no es un juego y tiene consecuencias. Darle ejemplos cercanos. Recomendarles que coman antes si van a tomar.

El hijo de una amiga en su cumpleaños de 17 invitaba amigos a la casa y le preguntó a sus padres si podía tomar alcohol. Los tomó de sorpresa y fue una revolución. Consultaron en el grupo de whatsapp. Hervía el teléfono y las opiniones eran variadísimas. No hay una respuesta. Hay que verlo en cada caso.

Ahora se usa hacer el baile de último primer día y ya se sabe que es para tomar alcohol y más de uno, la mayoría, terminan tirados en el suelo. ¿Y hay adultos que avalan eso? Me molesta. Una fiesta organizada en torno al alcohol. No me parece.

El delivery le trae el alcohol a casa y no les pregunta la edad.

Ahora empiezan a los 12 años. Y toman vodka. Mezclan

Mis hijas toman moderadamente, pero les molestaba tener que hacerse cargo de los que quedaban detonados, llevarlos a la casa, llamar taxi.

Algunas nos apoyamos también en

Cuando parece que no hay ningún tema del que puedas hablar con tu hijx

A mí me pasa. Porque todo lo que hablo no les interesa.

O no quiere hablar

Claro, nos sentamos a comer, entonces, si pregunto, me dicen: ‘empezó el cuestionario’. Además, entre los hermanos están en una fase de cómplices, entonces soy el hazmerreír de ellos. Si cambio la estrategia - que me lo propongo a posta -, y cuento algo mío, la respuesta es: ‘se te cayó un dato’. Entonces, ¿ de qué hablo? O saco un tema que les puede interesar “Me enteré de….” y me siento la vieja de Disney . Es tan difícil encontrar un tema que sea un gancho para que se enrosquen, que ya no sé cómo entablar el diálogo. En la hora de la mesa, de compartir.

Son momentos

“Cuando algo le interesa sí se pone convesador

Cuando llego a casa y estoy cocinando vienen a hablar

Ellos van a venir en el momento menos pensado, cuando una está muerta de sueño y esa es la oportunidad. Porque si esperas al otro día, ya no van a habar.

Las chicas te atomizan, vienen, te cuentan todo

A mi hijo le pregunto, ¿cómo estás? ‘Vivo.’ Con cara seria. Entonces busco otra pregunta. ¿Qué estuviste haciendo? ’ Nada’. Y además con el gesto, así adusto.

Yo me enojo a veces. Porque llego muerta de cansada y cuando estoy en la cama ya por dormir, viene con pedidos, tareas para hacer, preguntas. ¡No seas malo! Yo a esta hora tomo malas decisiones. ‘Mañana hablamos’, le digo.

Yo lo que hago es quedarme callada. Y entonces me preguntan. ‘¿Qué te pasa mamá, que estás tan callada?’

A mí me quitó la preocupación darme cuenta que cuando hay algo que a él le apasiona, le interesa, viene y me cuenta y expresa emociones.

Cuando viene y me muestra los youtubers que ve, yo le presto atención; y aunque me parezca una porquería, no se lo digo. Porque si le empezás a criticar no te muestran más nada. Y en ese momento generás una conversación. En la pandemia ella veía bailes en tik tok y yo como forma de conectar, en medio de esa pálida que era ese momento, me ponía a bailar con ella y era la manera que había encontrado.  ¡Ahora soy yo adicta a tik tok! Hay de todo y ¡me encanta!

Claro, como varón, yo siento que hay cosas que las tiene que vivir con su padre.  Se está identificando con el masculino y quiere compartir con él. Yo le puedo ofrecer algo, pero entiendo que sería distinto si fuera hija mujer.

Una amiga psicóloga me dijo el otro día: ellos pueden elegir también, puede que les guste llevarse bien como que no.

A mi hijo le gusta mucho el cine.  Aprendió  en  Youtube, pero te recomienda cosas y buenas. El cine es un mundo para él. Sabe de directores, sigue a algunos y viene y me dice: ‘Tenés que ir a ver esta película’. No son películas que me interesen demasiado, pero me aguanto. Sí son buenas películas, pero no de mi gusto. Así que armamos un plan familiar para ir todos a ver su última recomendación.

En mi caso, encontrar cosas en que pueda estar la de 9 y el de 17, es difícil. La pequeña a veces ve cosas que no correspondería a su edad. Pero bueno, es el baile de nuestra familia.

A mi si algo no me interesa, no puedo disimular, se me nota. Con tik tok no puedo. Alguna serie sí. Ayudan para estar un rato.

Sí te distiendes, se pasa un rato juntos y vas a dormir con una sonrisa.

Nos quedaron muchos temas más por abordar. Algunas también consultamos en instagram por ejemplo a @miren.cia.

Y lo mejor es que todas nos fuimos con ganas de repetir.

Nos dimos cuenta que tenemos necesidad de compartir y que nos hace bien intercambiar las experiencias, las preocupaciones y las alegrías. Puedes sumarte a este diálogo desde tus vivencias y tus reflexiones y formar parte de este círculo.

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