El Tarot es una puerta que nos permite acceder a un mundo real que desconoce la mayoría de las personas. Un instrumento que está a disposición de todos los seres humanos, no hace falta ningún conocimiento previo, solo disposición para recordar conocimiento que ya tenemos y que hemos olvidado.


En un artículo anterior abordamos una de las formas para el conocimiento del Tarot y lo subdividimos en 3 septenarios, dejando a la carta de El Loco (carta 0) como protagonista principal que va que pasando alrededor de cada una de las 21 cartas restantes correspondientes a los Arcanos Mayores.


A través de las pinturas del Tarot, que están plenas de símbolos, es que los antiguos sabios pudieron transmitir sus conocimientos sin temor a que se pierdan. Solo esperan ahí a que les demos usos y les permitamos transformar nuestra vida. Un sabio Maestro dijo que la Astrología, la Kabalah y el Tarot son tres idiomas de un mismo lenguaje.

Como ya se ha descrito en otros artículos, son 22 láminas a las que se les llama Arcanos Mayores, y en las que está reflejado el camino del héroe, desde que llega Inocente hasta que se vuelve Consciente.

Luego los cuatro palos de la baraja conocidos por todos (que representan a los 4 elementos; bastos, fuego; copas, agua; espadas, aire y oros, tierra) numeradas del 1 al 10, más las cartas cortesanas que son la sota, el caballero, la reina y el rey, es decir 14 barajas por palo, estas representan los lugares de influencia en dónde actúan las energías.

Por lo cual tenemos 22 cartas o arcanos mayores más 56 cartas o arcanos menores, lo que nos da un mazo de 78 láminas o cartas.

La propuesta para la comprensión de la experiencia trascendente del Tarot es el abordaje del estudio de las 22 mayores para así comprender nuestro proceso personal de desarrollo espiritual, estas “estaciones” se relacionan con las 22 letras hebreas y con los 12 signos y los 10 planetas de nuestro sistema solar.

El método requiere recordar un poder olvidado por la mayoría. Antiguamente, cuando no existía la escritura, nuestro lenguaje estaba basado en imágenes, pensábamos en imágenes, es decir, veíamos antes de hablar.

Cuando aparecieron las palabras comenzamos a pensar en palabras y nos olvidamos de ver. Decimos árbol y esa palabra basta para saber de qué estamos hablando, pero no vemos el árbol. La idea es volver a pensar en imágenes, de modo que podamos evocar cuando lo precisemos la llave que nos ayude a abrir las puertas que permanecen cerradas para la mayoría. Todo pensamiento básico consiste en imágenes.


Habiendo ya visto y explicado el primer septenario, corresponde ahora el turno a las siguientes siete cartas que conforman el segundo septenario. Comencemos:

Arcano 8 – LA FUERZA

El Soy Raíz, cuya letra hebrea es Teth, serpiente. En ocultismo la serpiente es la energía. Esa energía que emana del Sol y por medio de la vibración nos llega en forma de luz y calor, generando vida. Esa misma energía se concentra en nuestros cuerpos mental y físico. Lo que imaginamos es de esa energía, y lo que creamos también, todo es energía concentrada. Esa energía es la misma que se manifiesta tanto en nuestra sexualidad como en nuestra espiritualidad. Signo de Leo. Es la consciencia de la consciencia, la aceptación de mi totalidad, y por encima de la inteligencia, hay una energía superior, la tremenda e irreversible "fuerza del AMOR". 

Arcano 9 – El Ermitaño

El Eremita, el Soy Silencio, en definitiva, el Sabio. Es el mayor grado de sabiduría al que podemos aspirar en este plano de existencia. La mejor idea de nosotros mismos, el Yo superior. Le ha costado trabajo llegar a la cima, y ahora ilumina el camino de los que suben detrás de él. La letra hebrea Yod es la que le corresponde, y significa Mano. Todos somos Yod, todos somos mano de Dios, conscientes o no de ello. Signo de Virgo. El trabajo comienza en los intestinos, poniendo atención en lo que ingresa por esa vía. El Ermitaño es humilde, pues sabe de lo transitorio y fugaz de las cosas.

Arcano 10 – La Rueda de la Fortuna

El Soy Memoria, la vida que gira. Podemos ver hacia atrás, a nuestro pasado y comprender que somos los responsables de nuestro presente por las decisiones que tomamos, esta es una extensión del Mago, aquí ya no podemos hacer a nadie responsable de nuestra vida, vemos las causas y los efectos y procedemos en consecuencia. Letra hebrea Kaph significa puño, mano cerrada en el aspecto de tomar el conocimiento, asimilarlo y comprenderlo. Se relaciona con el éxito y la riqueza, habida cuenta que la persona más rica es aquella que cuenta con lo que necesita instante a instante y que no se deja arrastrar por necesidades inducidas o creadas por una sociedad que basa la razón de existir en el consumo.

Arcano 11 – La Justicia

El Soy Perfección, Libra, la letra hebrea Lamed, que es el aguijón que guía a los bueyes. Los orientales utilizan una palabra; KARMA, para definir la Ley de Causa y Efecto. Una Justicia perfecta gobierna el mundo. Hablamos de la ley de Karma, causa y efecto. Aquí vivenciamos la experiencia asimilada en la carta anterior. La acción perfecta no tiene pareja, nada puede serle quitado o añadido. La emoción perfecta no genera Karma, porque quien realiza el acto adecuado a una situación dada, no moverá los platillos de la balanza.

Arcano 12 – El Colgado

El Soy Rebeldía, la letra hebrea es Mem, mares o aguas. Si nos observamos en agua nos veremos de manera invertida. Al estar colgado cabeza abajo se ve todo al revés. Considerando cómo está la humanidad, quizás su visión sea la correcta. Aquí ponemos en marcha nuestro poder de Reversión. La posibilidad de revertir procesos negativos para nuestro desarrollo. Si es cierto que todo es Mente, si el Universo es Mental, podemos crear imágenes contrarias a aquellas que nos generan miseria y transformarlas en imágenes de felicidad para que se hagan realidad en nuestra vida. Planeta Neptuno. Esta carta representa la Ley de Polaridades y Ritmos como, inevitablemente, cada polaridad acaba siendo sustituida por su complementario, así al día sucede la noche, el verano, el invierno, a la vigilia, el sueño y a la vida, la muerte, pasando luego a realizarse el ciclo contrario.

Arcano 13 – La Muerte

El Soy Vacío. La letra hebrea es Nun, como verbo significa germinar, como sustantivo pez. La muerte es cambio. Cambio que no tiene vuelta atrás. Comprendiendo el verdadero significado, trascenderla. La muerte es la herramienta de la evolución. Desde que fuimos engendrados le estamos haciendo un altar, la misma fuerza espiritual que generó nuestra existencia es la que genera nuestra disolución para continuar nuestro camino hacia la Unidad. Acumulamos la experiencia, la condensamos en el alma y abandonamos el vehículo, la persona (máscara), agotado ya para más experiencias, y luego nos procuramos otro vehículo más afín a nuestro propósito. La muerte es profundamente democrática, les llega a todos sin distinción, de acuerdo a la evolución de cada uno es cómo la enfrentaremos. Vivimos muchas muertes, muchos cambios. La paradoja es que el miedo a la muerte no deja que vivas la vida. Signo de escorpio. La Muerte es la base de la Vida.

Arcano 14 – La Templanza

La última carta de este septenario es la clave 14, La Templanza, letra hebrea Samekh, significa sostener, apuntalar, sustentar. En realidad, es Temperancia, viene de Temperar, que significa merar, mezclar por partes iguales. Esta clave hace alusión a un estado de equilibrio. Armonía al saber combinar nuestros cuerpos mental, emocional y espiritual. Casi un estado de gracia. Tiene relación con la capacidad de verificación en nuestra vida de las verdades enunciadas por la sabiduría eterna. Para saber deberemos hacer. El signo es Sagitario. Esta carta se relaciona con las dificultades y pruebas que como exámenes nos impone la vida, cualificándonos o no para avanzar y progresar en el sendero evolutivo.


Y así de este modo caminamos por el segundo septenario y la aventura continuará...

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