Hay un saber antiguo que tomando caminos diferentes convergen en disciplinas que apoyan y promueven el autoconocimiento, estas tres artes que podríamos llamar hermanas son: Astrología, Tarot y Numerología.

Esto es porque las tres comparten una base común.

En este artículo voy a hacer un breve análisis del por qué estas tres artes, con sus respectivas sabidurías, convergen en un mismo sentido.

La Numerología

Esta nace de la profunda comprensión sobre los números, y estos a su vez representan una imagen que expresa un tipo específico de vibración o energía, y con ello podemos obtener mucha información.

Dicho de otra manera, cada número simboliza un arquetipo básico, no solo en profundidad, sino en complejidad.

Ellos encierran en sí mismos todas las situaciones, necesidades, patrones, potenciales, estilos, objetivos, etc., que ese nivel de vibración puede manifestar ya sea de forma individual o en conjunto, y pueden mostrarnos su implicación en la composición de un nombre, por ejemplo.

Ya Pitágoras, filósofo y matemático griego, lo había expresado muy sutilmente y fue quien nos dejó como herencia esta realidad sobre los números.

Muchos escritos reconocen que Pitágoras sigue siendo intelectualmente uno de los hombres más importantes que han existido y fue quien mayor influencia ha ejercido en la historia del pensamiento y el análisis numérico.

Para Pitágoras, la primera esencia era la naturaleza de los números, porque ellos se extienden a través de todas las cosas, de acuerdo con lo cual, todo está armónicamente dispuesto y convenientemente ordenado, como si fuera una partitura para ser interpretada por una orquesta sinfónica.

Su principio más conocido, es la afirmación de que el número es la esencia de la realidad, y de que todo lo real puede ser expresado en relaciones numéricas.

Al formar parte de la naturaleza, nosotros también estamos asimilados a la vibración de los números en resonancia con el universo, y de esta manera, las disciplinas que basan su ciencia en esta profunda comprensión sobre los números, vienen a convertirse en las mejores herramientas para iniciar cualquier proceso de autoconocimiento que nos lleve a profundizar en nosotros mismos.

Cuando ponemos en marcha el camino hacia nuestro autodescubrimiento, nos adentramos en un mundo intangible y simbólico, complejo e ilimitado, como lo es nuestra propia esencia infinita.


El Tarot

Si nos detenemos a contemplar un mazo de Tarot con sus 78 cartas y sus divisiones y subdivisiones, encontramos que en ellas hay representaciones numéricas que complementan el tema de cada arcano, enriqueciendo aún más la esencia contenida en cada uno de ellos y, por lo tanto, para un buen tarólogo profesional, la interpretación que haga en una lectura, será mucho más profunda y esclarecedora para los interrogantes que surjan en ella.

Dicho de esta forma, el Tarot tiene un poder espiritual muy fuerte con el cual podemos conectar con nuestro "yo interior" de tal forma que nos ayude a mirar la vida desde una perspectiva más espiritual.

El arte del Tarot ha sido objeto de estudio desde hace varios cientos de años. Disciplinas como la Astrología o la Numerología están presentes en este arte y debemos basarnos en ellas para la interpretación de las cartas, y entender qué se esconde detrás de ellas a través del estudio, dando respuesta a nuestras problemáticas.

Cada disciplina tiene su propio lenguaje y estilo para comunicar y revelar necesidades emocionales, potenciales por desarrollar, patrones, destino por cumplir, etc., todas ellas nos hablan de nosotros mismos, de las partes que conocemos y también de las que nada sabemos aún, pero el Tarot nos ayudará a reflexionar al respecto y valorar diferentes opciones desde una perspectiva que antes no teníamos.


La Astrología

Por último, y no la menos importante, la Astrología nos puede ofrecer múltiples beneficios que en un principio no valorábamos, más allá del simple análisis de las posiciones planetarias en el momento de nacer.

La Astrología puede

  • hacernos conectar con nuestro yo interior,
  • potenciar nuestra espiritualidad,
  • y ser una guía para valorar diversas acciones de cara a mejorar nuestro futuro.
Cada planeta, luminaria, asteroides, estrellas fijas y partes arábigas, están representados en las diferentes cartas del Tarot, que a su vez tienen simbolismos numéricos.

Ahí va un ejemplo:

  • Tener algo en un grado 29° astrológicamente nos anuncia situaciones que tienen que ver con nuestro karma;
  • si sumamos 2 + 9 nos resulta un 11 (número maestro)
  • y este es el número del Arcano XI, La Justicia, prediciendo que sucederán en la vida de la persona, acontecimientos kármicos que viene a darle lecciones duras, como respuesta a la pregunta; ¿Qué pecados estoy pagando?


Una reflexión final

Ya para concluir, trabajando conjuntamente con estas disciplinas, tendremos una valiosa ventaja que acelera y facilita ese proceso de llegar a conocer quiénes somos, de comprender por qué somos de una manera y no de otra; qué vinimos a hacer o qué temas aún nos falta por resolver para estar en posición de seguir avanzando y desarrollando nuestros potenciales.

Estas artes, Astrología, Tarot y Numerología nos guían, orientan, explican y muestran, como fieles espejos de nosotros mismos, las facetas que aún necesitamos reconocer para integrarnos conscientemente y las virtudes que también debemos fortalecer para expresar nuestra verdadera esencia.

Todo esto es posible debido a que estas artes fueron creadas justamente para eso, para penetrar la naturaleza humana en toda su extensión: humana y divina, oscura y luminosa, femenina y masculina, etc.

¡Todo está adentro de nosotros, porque como es arriba, es abajo, como es afuera, es adentro… y estas ciencias lo saben muy bien!

Según cada técnica que utilicemos nos dará más sentido que otra o estará más en sintonía con nuestra propia manera mental de entender y participar en esta realidad. Da lo mismo, al final, estas tres artes hermanas son como una familia que constituyen esa guía inicial que necesitábamos recibir para quedar en la posición de avanzar más seguros y centrados en quienes somos realmente, en nuestra esencia divina y humana.

Comparte esta publicación