Así empieza el “Romance del enamorado y la muerte”, de Víctor Jara:
“Un sueño soñaba anoche, soñito del alma mía”.
El mundo de los sueños ha sido atractivo en el mundo de la poesía, de la literatura, de la pintura y por supuesto, de la psicología.
Sigmund Freud, el padre de la piscología, ha dejado un legado importante trabajando con los sueños como vía de acceso al inconsciente.
Luego le siguió Carl Jung con un estudio profundo de los símbolos, las simbologías que trascienden culturas y su significado. También estudió los sueños y sin duda que su lenguaje propio es simbólico. Y acuñó el término de inconsciente colectivo.
Es un tema, el de los sueños, que en general genera curiosidad, a veces incertidumbre, a veces intriga.
Hay sueños inquietantes, reveladores, agradables, desagradables, repetitivos, en fin, de todo tipo. Y hay una necesidad o un interés, por descifrar el contenido de los mismos y entender su significado.
Se han escrito innumerables diccionarios de sueños tratando de aportar a ese entendimiento.
Yo soy una de las interesadas en ese mundo, en ese lenguaje. Me parece fascinante.
Y tengo la suerte, así lo vivo, de conocer el enfoque de Fritz Perls en referencia a los sueños. Él es el creador de la terapia gestáltica y tiene una manera particular de trabajar con los sueños.
No hay duda que son una vía regia para acceder al inconsciente. Para Freud, en los sueños aparecen todos los contenidos reprimidos, aquello que nos prohibimos sentir, pensar o actuar en vigilia.
En mi primera terapia como paciente de psicoanálisis me daba la sensación de que comentar un sueño era como empezar a revolver el tarro de basura, contactar con algo sucio, como algo vergonzoso. Y sentía que entrar ahí era exponerme sin control a la interpretación de la psicóloga. Y en la que siempre yo saldría mal parada. Tal vez no era así, pero era como yo lo sentía. Lo cierto es que siempre había una mirada externa que parecía saber lo que el sueño significaba.
El significado de los sueños según la Gestalt
Pero la mirada de Perls y por ende del enfoque gestáltico, es diferente.
Él sostiene que los sueños son mensajes existenciales, nos muestran cómo vivimos. Nos muestran aspectos de nuestra vida que no tenemos conscientes en el cotidiano.
Por eso trabajar con los sueños, supone ampliar el nivel de conciencia sobre nuestra existencia, con todo lo que conlleva:
· ampliar la mirada
· entender más
· hacernos cargo,
· autoconocimiento
· empoderamiento
· ampliar las posibilidades en la existencia
· ser más
Desde el enfoque gestáltico, los sueños no se interpretan. En todo caso se resignifican. El propio soñante, que es el creador del contenido onírico, es quien le otorga el significado.
Suele suceder que la primera impresión está cargada de preconceptos. Por ejemplo, me despierto, recuerdo que soñé. Quizás con unos zapatos que no eran míos, y estaban guardados en mi cajonera y yo me los probaba porque me parecían bonitos y los disfrutaba. Puedo decir, "ah, ya sé, soñé eso porque me gustaron los zapatos que se compró mi prima y la envidié y no me animé a pedírselos prestados y me dieron ganas de usarlos sin que se diera cuenta". Y siento culpa por ello. Bien, es una lectura posible. Le atribuí una causa, le di una explicación, Pero, ¿qué me aporta para mi existencia?
Pero… si lo abordo desde otro enfoque. No desde fuera, sino metiéndome dentro del sueño. Y como quien entra explorando, para conocer. No pretendiendo aplicar un conocimiento sino descubrir algo. Descubrir el mensaje que el sueño me trae. Son mensajes del alma.
De esta forma, pueden emerger otros significados. Quizás, los zapatos representan que quiero caminar. Quiero caminar de otra forma. Quizás para caminar de otra forma necesito alguna característica de las que veo en mi prima y que no reconozco en mí.
Esto se hace con una metodología que la gestalt ofrece, entendiendo que cada elemento del sueño, es una parte, un aspecto, del soñante.
Y siguiendo con el caso, esta información, puede que ahora me haga posible ver un deseo que no estaba pudiendo reconocer. Y me aporta un dato también de cómo hacerlo: incorporando algo de cómo lo hace mi prima. Y si me hago cargo y llevo eso a mi vida, puedo introducir cambios concretos, dar pasos concretos en la dirección que deseo, ser más yo misma.
Visto así, el trabajo con los sueños se vuelve fascinante.
Por eso me gusta acompañar a las personas desde el abordaje gestáltico, a adentrarse en su propio mundo de los sueños, sabiendo que el inconsciente es un aliado. Brindarles las herramientas para poder decodificar los sueños con su propio diccionario. Y comprobar que los mensajes son siempre para un mayor bien.