A menudo hemos escuchado hablar de las constelaciones familiares grupales, pero quizás la constelación familiar en sesión individual es algo menos conocido y sin embargo, profundamente sanador y con resultados increíblemente enriquecedores para la vida de la persona que se constela.
En mi caso, trabajo en sesión individual con el método de Brigitte Champer de Ribes, donde se aborda el problema o la dificultad que traiga la persona con esta herramienta de constelación cuántica, y es la propia persona la que representa las diferentes energías que se requieran para cada caso.
Muchas veces me preguntan si todo el mundo se puede constelar y la respuesta general sería que todo adulto mayor de edad se puede constelar, sin embargo no es del todo así, ya que para constelarse uno debe de tener una madurez suficiente para hacerse cargo de lo que le toca después de la constelación.
Hay que ser adulto y actuar en consonancia, superando el pensamiento infantil de que lo que nos ocurre en la vida es siempre culpa de algo o de alguien externo.
Como dice Brigitte Champetier en su libro "¡Eso era!" hay que tener la madurez suficiente para reconocer lo que la constelación muestra de uno mismo y saber que la constelación no es algo mágico que lo resuelve todo por uno, sino que cada persona necesita responsabilizarse de la parte que le corresponde, aplicando en su vida lo transformado internamente. Esto no siempre es fácil, ya que detrás del mantenimiento de todo patrón inconsciente existe un beneficio secundario para nuestro niño interno que se siente más cómodo siendo víctima, quejándose, estando en la exigencia o en el enfado.
Y muchas veces, incluso después de traer ese patrón a la consciencia nos resulta demasiado incómodo tomar una decisión necesaria para nuestra evolución y éxito.
El crecimiento se da cuando atravesamos la incomodidad y nos atrevemos a pensar, a sentir y/o a hacer algo diferente en nuestra vida.
Por parte del constelador también existe esa responsabilidad, ya que por resonancia, la constelación exige al constelador que se coloque en el adulto y que se responsabilice de lo que le toca en su vida. Además, nos corresponde proporcionar un espacio terapéutico de seguridad para el consultante, donde éste se sienta respetado, salga lo que salga en la constelación.
Para ello, antes de comenzar la constelación, tanto el constelador como el constelado, entrarán en profundo centramiento a través de una meditación para, a partir de ahí, estar ambos en sintonía con el asentimiento al tema que trae el consultante y al servicio de la constelación. El constelador estará atento en todo momento a las indicaciones internas de su guía y del campo de información, y el consultante se dejará tomar por la energía de cada representación, y sin ninguna intención ni entrar en emoción profunda, se dejará sentir registrando toda la información a nivel celular.
Un ejemplo práctico de constelación individual
Para entender mejor cómo se desarrolla una constelación individual cuántica con este método describo a continuación un caso real de un hombre que acudió a sesión por un problema en la convivencia con su pareja.
En este caso, mi guía me daba un sí a que este hombre se representase a sí mismo y representase a la convivencia con su esposa por lo tanto le pedí después del centramiento que eligiese un lugar en la sala en la que se encontraba para representarse a sí mismo y otro lugar enfrente para representar la convivencia con su esposa. Por un espacio breve de tiempo, alrededor de 10 segundos, se colocó en cada lugar y pudimos observar toda la información que registraba y mostraba el cuerpo.
En función de esa información energética y preguntando a mi guía, se fue desarrollando la constelación, colocándose el consultante en un lugar y en otro alternativamente por espacios breves de tiempo.
En este caso concreto apareció un ancestro al que este hombre estaba reemplazando y que afectaba a la convivencia con su esposa. Este ancestro vivió en el pasado un dolor intenso que no pudo gestionar y que provocó su incapacidad para las relaciones de pareja para evitar volver a tocar ese dolor agudo. Este reemplazo se pudo ir liberando guiados en todo momento por la fuerza de sanación de la constelación. Finalmente, el hombre pudo abrirse a la vida y ver la relación con su esposa desde otra perspectiva más ligera, desde otro lugar interno más presente y creativo.

El consultante pasó por una liberación física potente esa tarde y necesitó de reposo físico durante unas horas para integrar todo lo vivenciado en la sesión. No debemos olvidar que esta transformación ocurre a nivel celular, a nivel del ADN, ya que cada vez que hacemos un salto cuántico en nuestro interior, es decir, cada vez que reconciliamos algo e introducimos nueva información celular estamos reescribiendo la información de nuestro ADN.
Es importante recordar también que la constelación familiar no se cierra en el momento que termina el movimiento, simplemente se pausa y el movimiento de sanación continúa, sigue en marcha y activo durante mucho más tiempo.
Es muy bonito, observar esa sintonía de asentimiento que se da entre el constelador y el constelado que está en absoluta rendición ante lo que le toca, y es esta sintonía la que promueve la sanación del tema planteado.
La energía siempre va hacia la vida, al igual que la energía de una constelación familiar cuántica, aunque para ello tenga que dar unas cuantas vueltas pasando por los lugares que necesitan ser observados con mucho amor para poder reconciliarlos y liberarlos.