La adolescencia es una etapa que siempre ha interpelado a la generación anterior. Hoy, los cambios más acelerados y profundos de la sociedad; el acceso a más información, la mayor conciencia respecto a la crianza y posiblemente otros factores más, hace que la distancia parezca mayor y los cuestionamientos también.
Nos reunimos varias madres que queremos acompañar de manera consciente a nuestrxs hijxs en esta etapa tan fértil.
Sabemos que no tenemos todas las respuestas, pero estamos buscando hacer lo mejor posible movidas por el amor.
Sabemos también que muchas de las dificultades que sentimos tienen que ver con que nos toca nuestra propia historia y nuestras vivencias de adolescentes.
En el círculo ninguna sabe más que otra. Ninguna opinión está bien o mal. Simplemente compartimos experiencias, dudas, temores, sensaciones, emociones. Nos escuchamos y nos nutrimos unas de otras.
Así que aquí transcribo parte del contenido de nuestro primer círculo abriendo a compartir con otras madres, por si te interesa y te puede ayudar.
En esta ocasión nos dimos una dinámica: Pusimos en una canasta papelitos con un tema cada uno.
Por turnos cada una de nosotros sacaba un papelito y hacíamos una ronda cada una desde su vivencia contando su experiencia sobre ese tema.
“Yo soy una defensora de los adolescentes. Me embandero por ellos. Yo sé que un día llegué de las vacaciones y sentí que mi hija no era la misma. Sentí el cimbronazo. Fue cuando cerró la puerta del cuarto y me frenó. ¡Me vino un dolor! Me puse a investigar. Sigo en redes a cuanto psicólogo de adolescentes hay. Concluyo que el problema no está en ellos, sino en nosotros. Hay cosas que van a pasar por la etapa que están viviendo, como las rabietas a los 2-3 años, no se pueden evitar. No es personal. Es decir, hay cosas que van a pasar porque tiene que pasar por la edad. Lo sufrí, pero entendí que mi adolescente necesita independizarse. Cuando comprendes algo, se te va esa resistencia porque entiendes. No es contra mí, no me está detestando. La que tiene que cambiar es una frente a esas situaciones. Esas conductas son parte de su evolución. Y yo estoy en el duelo de dejar a un niño que ya no te mira más como si fueras la ídola. Eso es cierto, pero lo vivís de otra manera sabiendo cómo es la adolescencia. Me llevó un tiempito porque lo sufrí. Pero lo que aprendí en este tiempo es un montón.”
“Hay un momento en que tenés que confiar. Porque no vas a estar siempre. En la niñez estás encima. Pero llega un punto que necesitan fortalecerse, ser independientes. Me acuerdo cuando fui con el grande al pediatra y la primera vez que le pregunta ¿Querés que tu madre se quede? Ahora tenés una edad en que tus padres ya no van a estar encima de ti, van a estar al costado, y vas a empezar a hacer cosas solo. Tú empiezas a tomar tus propias decisiones y eso es una responsabilidad. Tus padres te acompañan, pero no deciden por ti. Para mí fue importante. Tomar conciencia y ver que hay que confiar y soltar. Entender que son seres independientes.”
“Está bueno también que sepan que la adolescencia bien acompañada con ciertas libertades y ciertos beneficios también está bien y disfrutar de eso. Realmente no sé si yo solté o él me puso el límite.”
“Nos cuesta soltar, más a las madres. Los padres ayudan a que soltemos.”
“Depende, el padre es mucho más desprendido con el hijo varón que con las hijas mujeres.”
Cuando tu hijx te plantea tatuarse
“Todavía no me lo ha planteado. Por lo que veo no sé si lo haría, no le veo ese interés. ¿Qué haría si me lo plantea? Quizás no sería lo mismo ahora que tenga 17 a que si hubiera sido a los 14. Hablaría a ver qué es lo que la motiva, por qué quiere hacerlo, qué le generaría eso. Cómo se proyecta. Como para sacar un poquito los motivos, y ver a futuro lo que significaría, que no sea solo el impulso del momento, pero nunca con el afán de decir no. Yo soy de la política de pocas previsiones. Cuando hay límites, que sean de los importantes, de los fuertes. No es lo mismo cuando son chicos que cuando son adolescentes. Como padres creo que es más el acompañamiento.”
“Yo estoy de acuerdo. A mí, mis dos hijos me plantearon a los 14. Tampoco fue un planteo serio, fue como expresión de un deseo, pero lo que hice fue decirles, más adelante. Ahora sí, ambos quieren hacerse juntos. Pero no lo han resuelto, no lo han hecho. También trato de darles más bien libertad, que sean poco los No.”
“Mi hijo sí me lo planteó. Él es ‘quiero esto, quiero, quiero’. Le dije No, rotundamente No. Cuando seas más grande te lo pagas tú, porque yo…no te lo voy a pagar. ¿Y qué te harías? “El escudo de mi equipo de fútbol”. Casi me dio un ataque. Tampoco lo veo que sea tan así. Siento que es como para tantearme. Fue una etapa. Ahora me dijo Mamá, me voy a hacer un tatuaje, con mi hermana. La hermana tiene 13. Ella no me lo había planteado, es más chica. Bueno, después lo ves, le dije.”
“A mí no me han planteado, pero yo a veces sí hago de eso de tirar un poco para adelante. Si es un impulso del momento, se le va a pasar y si es realmente algo qué quiere, lo va a hacer. Pero bueno tiro para adelante y acompaño.”
“A mí me lo planteó cuando tenía 14 años y sentí realmente qué era como para probar mi reacción a ver si me escandalizaba. A mí personalmente me rechina y no podría soportar yo las agujitas. Pero decirle que no, no me sale. Y no recuerdo exactamente qué le dije en el momento (ahora tiene 17) pero iba por ahí, como pensar juntos para qué se lo haría, qué se tatuaría, cómo se imagina de adulto con ese tatuaje. Y luego nunca más sacó el tema ni se tatuó. También hace poco conversamos (bueno esto es un decir, porque creo que él no omitió opinión, pero era en un grupito) que es un tema cada vez más común y hay personas que se tatúan todo el cuerpo, no son pequeños tatuajes. Ha proliferado y eso é. También es un contexto social diferentes. Algo quiere decir eso, pero aun no entiendo qué significa. Es una expresión de algo.”
“Hay gente que se tatúa incluso la cara, los ojos. Es como muy jugado. ¡Algo que te ves todos los días! A mí tatuajes no me pidieron, aunque fue tema de conversación, qué implica para la piel, etc., pero sí piercings. Mis dos hijas mayores. Se lo hicieron de más grandes, tomando todos los cuidados, de la salud, de la piel. Lo enfocamos desde ahí. Yo acompañé primero y luego se acompañaron entre ellas. Después se lo sacaron.”
“Claro y una cosa es lo que una haría con su cuerpo y lo que ellos hagan. La mía se puso un piercing a los 15. La acompañé y a los dos meses se lo sacó.”
“En casa no hubo tema con el tatuaje, pero sí provocaciones. Sí el rapado, el teñido del pelo y el corte de las cejas. Y trato de razonar con el más grande sobretodo ¿qué significa? Además de desafiar y hacer cosas diferentes. Marcarte las cejas se asocia a tribus urbanas, más violentas. Eso tiene un significado social, pero ellos no son conscientes. Es como que uno lo carga de un significado que para ellos es más simple y no tiene nada que ver. Y en mi caso el ejercicio es alivianar. Porque ellos quizás al mes ya cambian a otra cosa.”
Cuando no ves que tengan motivación por nada…
“Qué tema ese. A mí me pasa con mi hija de 13 y me pone histérica. Creo que la pandemia afectó, sobre todo a esta edad. A los más grande, con un poquito más de diferencia, no les pasa eso. Quedaron hábitos instalados. Se pasa el día en pijama. Llegar de trabajar y verla tirada en la cama, me exaspera. No se lo demuestro. Para ella es normal, porque no tiene nada qué hacer, no va a clase de idiomas porque le da pereza levantarse. Y me dice: “Tú quisiste pagarlo”.
“Está bueno escuchar las razones de ellos”
“Sí dejé de pagar las clases particulares”
“Sí a veces es una cuestión mía que me da rabia llegar cansada y verla acostada”
“A mí me da miedo porque ahora escuchamos tantos casos de depresión.”
“Sí a veces uno carga con sus propios miedos”
“Hay formas diferentes también de estar bien. Algunos son más movidos que otros. Yo tengo dos hijos muy distintos. Uno más activo y otro más manso, pero disfruta estar en casa y está bien. Aprendí a respetar esa forma de ser diferente. Diferente a mí.”
“A veces estamos demasiado encima ¿Estás bien? ¿Te pasa algo? Y lo que logramos es que se alejen.”
“Pero los 12, 13 14, son años difíciles”.
“Estar tirados en la cama a veces es tema de la edad, no de desmotivación.”
“Desmotivación es falta de interés, cuando no tienen ganas de anda realmente.”
“Yo lo pensé en relación a mi hijo que él era un niño expansivo, re expansivo, alegre, hacía chistes. Y la pandemia, zoom, es como que la computadora le chupó esa energía que él tenía. Encerrarse en el cuarto. Sabemos que es la adolescencia, pero dónde está el límite. La preocupación es dónde está esa línea, entre el comportamiento adolescente y una conducta de tristeza. Es como una alerta siempre. También es verdad que es un duelo. Era mimoso. ¡Mi chiquito! En verano lo vimos disfrutar de la plata, el voleiball, cocinar. Eso nos tranquiliza.
Después es la computadora y los amigos a través de la computadora. También es aceptar este hijo como es.
Pero estoy alerta porque soy docente y veo que la realidad de la depresión, los intentos de autoeliminación, están siendo muy comunes actualmente. En treinta años de docencia nunca vimos tantos casos. Es el contexto.”
“Yo viví con mi hijo una etapa de desmotivación real, desmotivación con la vida, apático. Cayó en depresión y fue dolorosísimo. De ser un niño con iniciativa, con proyectos, con sueños, disfrutar de los amigos, tener muchos intereses. A pasar a encerrarse y nada le motivaba y dejó de vincularse. Fue muy duro. Y sí creo que la pandemia fue un factor importante, más allá de las cosas que uno empieza a revisar de familia, historia. Ahora puedo hablar de ello. Y sí esta nueva forma de vincularse, si bien es muy diferente a la que yo conocí, por una parte, agradezco que exista porque cuando empezó a estar mejor y a través de la computadora podía jugar en línea con sus amigos y o escuchaba hablar o gritar, yo aplaudía. Era un logro y los juegos en línea posibilitaron esa interacción. Después de la emergencia sanitaria hubo que ayudarlo a desarrollar esa habilidad de organizar encuentros con sus amigos.”
“También hay algo de azaroso. Mi hijo en la pubertad sí estaba muy interesado por la play y me preocupaba, porque era mucho. Pero a veces no sé si es la casualidad o el ambiente que uno promueve. Él tiene dislexia y otras dificultades, iba a un colegio privado y en pandemia conoció a un grupo de chicos en la plaza, que no tienen acceso a play o dispositivos. Y en determinado momento me pidió cambiarse al colegio público, donde iban ellos. Me daba mucho temor por sus dificultades. Pero lo escuché y sus argumentos eran válidos. Confié en él y fue una experiencia fantástica. Y empezó a vincularse con ese grupo, desde otro lugar, donde la play no era el foco. A mí me preocupaba también. Entonces a veces me pregunto, qué pesa más; uno está muy encima, muy con la lupa y luego hay cosas que son azarosas, o depende también de los vínculos que uno promueve”.
Cuando tu hijX empieza a manejar dinero
“Yo fui madre joven y con las infancias, fue remar, y ahora, disfrutar de la libertad que te da que ellos sean autónomos, también está bueno. Me piden plata. Les estoy dando a demanda, pero este mes les voy a empezar a dar fijo”.
“Justo este mes fue ese tema. Mesada ¿sí o no? ¿Cuánto? ¿Para qué gastos?”
“Dar un monto fijo está bueno, porque ellos se van dando cuenta de lo que cuestan las cosas, aprenden a administrarse”
“Yo le cargo en la tarjeta un monto fijo. Y van decidiendo a dónde ir en qué gastar. Pero igual si lo veo muy agarrado, le digo, bueno esto te lo regalo yo”.
“Yo le estoy dando a demanda, pero voy a empezar este mes a darle un monto fijo. Me dijo que quería ahorrar. ¡Me reí! Quiere irse de vacaciones con la novia y claro como ya tiene 18 años, puede. Bien.”
“Los míos tienen los tres su tarjeta y se comentan entre ellos ¿cuánto te queda a ti? Y el más chico muchas veces va a hacer alguna compra para la familia y se olvida de llevar dinero y usa su tarjeta. Entonces luego no tiene para sus gastos”
“Dentro de la mensualidad estén cosa que ellos tengan que obligatoriamente pagar. “Es una enseñanza que lo que hay que pagar primero es las cuentas y después el resto”
“Si aflojás cuando ves que necesita más, es un plus, pero bueno, ya vio el valor del dinero”
¿Y tú?
A lo mejor algo resuena contigo y quieres compartir tu experiencia también.
Y todas podemos apoyarnos en otras voces expertas. Aquí va una: @viviendo con un adolescente