Durante mucho tiempo, me encontré perdido, navegando por la vida sin una explicación clara. Me sentía como un extranjero en mi propia visión del mundo, cuestionándome constantemente por qué (para qué) me ocurrían ciertas cosas a mí. Pero, como suele suceder, al final, las respuestas llegaron, iluminando mi camino como un destello de luz en la oscuridad.

Fue un despertar total, una transformación que llenó de color lo que antes solo veía en tonos grises. Experimenté la sensación de soñar despierto, mientras dentro de mí se encendía un amor que hasta entonces yacía dormido. Ahora, sé que esa luz, ese amor, estarán conmigo a lo largo de toda mi vida.

En el proceso, dejé atrás los retazos de mi pasado, depositándolos en el baúl de los recuerdos. Mi antiguo yo ya no anhelaba regresar a esa vida llena de secretos y sombras. Hoy, mi enfoque se centra en el presente, guiado por la conciencia en cada paso que doy.

Este despertar no solo cambió mi perspectiva, sino que también redefinió mi relación con el tiempo. Ahora, comprendo que la vida es un continuo presente, y cada día es una oportunidad para aprender, crecer y amar.

Así que, sí, fue un despertar. Un renacer que ha iluminado mi existencia, transformando lo que alguna vez fue monótono en una obra de arte vibrante. Con cada amanecer, la promesa que aunque haya vicisitudes, estarás conmigo. Toda la vida.

Esa es mi historia, pero seguramente sea la historia de muchos lectores de este blog.

El camino hacia el despertar si bien es personal, toca muchos puntos en común porque empezamos a alimentarnos del mismo lado.

Pasamos de la percepción al conocimiento, del sufrimiento a la paz.

Cuando decidimos avanzar, nos enfrentamos al mayor de los "villanos", nuestro propio ego, que batallará con todas sus fuerzas por no perder su reinado, al cual se lo otorgamos durante tanto tiempo.

Lo único que alimenta al ego es la separación de todo y su mejor arma para llevarlo a cabo es la culpa.

La culpa proyecta las sombras en los demás y nos segrega de nuestros hermanos, buscando maneras de atacar, sin entender que el atacar a otro es hacerlo en nosotros mismos.

El ego ama al pasado porque de allí sale la materia prima para generar los conflictos y todas las historias irreales que solo existen en nuestra mente y que proyectamos y creamos en nuestro mundo, creyendo que son la verdad.

Nuestro aliado que siempre ha estado con nosotros y desea ayudarnos, si se lo permitimos, es el Espíritu Santo, el cual actua de mediador entre el Padre y el Hijo.

Dejemos que el Espíritu Santo limpie nuestro pasado de pensamientos erróneos, permitiendóle su iluminación en la toma de decisiones y enfoquémonos en el hoy, buscando ese momento sagrado donde vemos la verdad, el conocimiento que viene directamente de la Fuente. Eso es lo real, lo certero, lo inquebrantable, lo perfecto.

En el presente no hay culpables, SOLO INOCENTES, porque Dios no permite otra cosa.

Volver al camino de regreso a nuestro Padre es recuperar nuestra soberanía como Hijo de Dios, el cual solo nos da las bendiciones que siempre estuvieron para nosotros pero las negamos por obra de nuestras proyecciones y pensamientos de separación.

Dios es AMOR y solo eso.


"Toda la Vida" no solo es una canción, es una invitación a un viaje introspectivo a través de la música. La lírica cautivadora nos lleva desde los momentos de desorientación personal hasta la comprensión profunda de nuestra esencia amorosa. LESEL utiliza una melodía envolvente con un ritmo latino impregnado de tintes veraniegos, creando una experiencia auditiva que te hará mover el cuerpo de manera inevitable.


Las guitarras y la percusión emergen como estrellas guías en este viaje musical, tejiendo armonías vocales y coros pegadizos que resuenan en la mente del oyente. La habilidad única de LESEL para fusionar elementos musicales crea una sinfonía emocional que trasciende fronteras y conecta con el alma de quienes la escuchan.


Con "Toda la Vida", LESEL no solo comparte música, sino una expresión auténtica que invita a la reflexión y al despertar espiritual. Este sencillo promete no solo deleitar tus oídos, sino también inspirar un viaje emocional que perdurará mucho después de que la canción haya terminado.

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