Podría decir que las experiencias no requieren el resultado que deseamos, sino el que cada situación necesita.

No sabemos la conciencia que hay detrás de una experiencia particular.

La vida se presenta ante nosotros y se va desarrollando de manera natural, ofreciéndonos un amplio espectro de posibilidades y vivencias.

Aferrarse a que una experiencia se dé de una forma determinada, limita las posibilidades de vivir sensaciones y situaciones diversas.

Permite que lo diferente te inspire y genere posibilidades que nunca imaginaste.

Ábrete a la idea de que la experiencia puede no ser como la habías planeado. Reflexiona. Pregúntate: ¿y si tiene que ser así? ¿A qué me estoy aferrando?

Luego, deja que la experiencia fluya y observa qué sucede.

Sin emitir juicios.

Sin expectativas.

Aceptando el proceso.

¡Que tengas un feliz día!

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